A los 12 años
Solía ir a las escuela por las mañanas, me levantaba a las 5:30 am, me bañaba, me preparaba el desayuno y me iba a la escuela. Los días eran parecidos pero aún así reconfortantes. En la escuela no hacía mucho, las clases en su mayoría eran aburridas, pero pasar los recesos con amigos era divertido.
Hay algo en especifico que me gusta de ese momento de mi vida: la calma en mis tiempos libres y mi soledad. Cuando un maestro se ausentaba y tenía horas libres, solía sentarme en una banqueta debajo de un árbol para leer, escribir o dibujar. No tenía muchos amigos, pero aquellos entretenimientos eran más que suficientes para mi. A veces me preguntaba si a los demás les causaba pena, ver una persona sola para la mayoría de las personas puede ser causa de tristeza, pero yo me reía de esos pensamientos porque para mi, esos minutos de soledad eran los que más necesitaba.
Al regresar de la escuela me cambiaba el uniforme, si era temprano iba afuera y lo lavaba inmediatamente porque si no lo olvidaba, aún tengo esta costumbre, hago las cosas antes de que las olvide. Luego, comía lo que hubiera cocinado mi mamá y al terminar iba a mi cuarto para hacer la tarea. Era fácil para mi seguir esa rutina, no tenía muchas responsabilidades además de la escuela, limpiar mi cuarto o lavar mi ropa. La vida era simple.
Pasaba el resto del día leyendo, esa es otra cosa que extraño de aquellos años, tenía un hambre insaciable por leer. Esta época fue cuando descubrí el mundo de la literatura y me obsesioné por completo. Leía y escuchaba música, terminaba una saga mientras escuchaba álbum tras álbum.
Cada vez que me preguntan cuál fue la etapa de estudiante que más me gustó, siempre respondo esta, la secundaria. Nadie estaba presionado por nada, a diferencia de la preparatoria donde la pregunta ¿Qué quieres estudiar? se repetía una y otra vez, o en la universidad con la presión de seguir, de no rendirse y terminar una carrera.
Durante la secundaria se sintió la libertad, pasé con calma esos tres años que se esfumaron tan rápido. Puede que algunos se burlen de esta respuesta “¿Cómo que libertad en secundaria? Si solo eramos unos niños”, exactamente porque éramos niños es que podía sentir libertad, sin preocupaciones por el futuro podía permitirme vagar sin remordimiento.
Este texto lo escribí para un concurso, se trataba de crear un cuento con el tema de la nostalgia y ya que la secundaria es una de las cosas que me traen más nostalgia decidí escribir sobre eso. Este tampoco lo envié, porque incluso me olvidé que lo estaba escribiendo, hace unos meses me lo encontré en mi drive y lo terminé.
Gracias por leer :)